jueves, 5 de marzo de 2020

Lobi Wobi



Lobi Wobi

Esta es la historia que todos conocen sobre el lobo y los tres pinches cerdos. En este
cuento vamos a satanizar a los cerdos, puercos o como quieran decirles, porque
ustedes no saben el otro lado de la historia, no saben que hacían ellos y porqué uno
tenía casa de paja otro de no sé qué pinches mamadas y el otro de concreto.
Sonará a vieja chismosa, pero es verdad. Imagínense que los pinches cerdos, tenían
un negocio de venta y tráfico de aliens ¿putísimo no? pero no quiero parecer político y
meter miedo.

La verdad es que estos lindos y preciosos cerditos eran los más capos para jugar
canicas, y con tan solo 15 años eran los futuros caniqueros o como se le quiera decir,
mejores pagos del mundo. - Aclaremos que el cerdo de la casa de paja no le iba a tan
bien como al resto.

El lobo por su parte tenía un hijo llamado Lobi Wobi; un lobo de 12 años, grande,
fuerte, con gafas, miedoso y casi no soplaba como el papá, pero un maldito genio
para jugar con canicas. Resulta que en la escuela hicieron un campeonato, y como
era de esperarse, en la semifinal estaban los tres cerdos y Lobi Wobi. - No es porqué
sea está historia, en realidad jugaban mucho. La verdad es que el campeonato tenía 5
participantes y uno faltó por no tener dedos. Inexplicable el por qué se inscribió.
Era la semifinal, el cerdo de paja contra el de concreto y el de no sé qué pinche
mamada y nuestro querido y amado Lobi Wobi. El cerdo le ganó al de paja y Lobi
Wobi solo sacó una garra y volvió loco al pinche cerdo perezoso.

Había llegado la final, estaba el cerdo de concreto, que en la otra historia había
salvado a sus hermanos y estaba Lobi Wobi, el hijo del lobo soplador tumba casas. La
verdad ganó Lobi Wobi, lo quería decir desde el principio, pero los cerdos son malos

hasta para jugar canicas, solo quería meter un poco de suspenso. Así terminó.

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