jueves, 5 de marzo de 2020
Amores que crecieron pasando el milenio
Amores que crecieron pasando el milenio
Todas las historias de amor comienzan con una mirada, un add en alguna red social o
con el famoso "te presento a mi amig@". Tal vez la mía fue distinta o por lo menos no
comenzó por ahí. Cursaba décimo grado en un colegio de curas, aunque suene raro,
a veces es peor que cualquier otro colegio, cabe resaltar que llegue en sexto grado y
que no me hicieron cara de muy buenos amigos. - Continuemos para lo que en
realidad empecé a escribir este texto.
Estaba en décimo y escuchaba bandas de rock como Ekymosis, Enanitos Verdes, Fito
Páez, Caifanes y otros genios dueños del Rock en español de esa época y creo que
del rock de siempre. Compraba mis cds en una tienda pirata en el centro de Bogotá y
los guardaba en la popular "Biblia". Esta parte es importante contarla, ya que, así fue
como me enamoré y enamoré, o eso creo que hice.
Sentado en la esquina de un parque clase media alguna tocó mi hombro y me
preguntó:
- ¿tienes fuego?
Miré hacia arriba y estaba ella, una mona de ojos azules, huecos en las mejillas,
mirada penetrante y parecía algo loca. Entre el cruce de palabras supe que amaba
tanto a Fito Páez como yo; solo con eso ya éramos el uno para el otro. - Eso decía
aquel adolescente de 15 años.
Los días pasaron y ahora sí, las miradas y los adds en redes sociales no se hicieron
esperar, aún tenía la costumbre de llamarla a su casa y arriesgarme a que contestará
su padre, al que anhelaba que fuera mi suegro. Horas enteras frente a un
computador, palabras lindas, palabras románticas y hasta palabras mojadas.
La verdad es que todo fluyo, nos vimos, nos besamos, nos enamoramos, cantamos
juntos, reíamos juntos; hasta que sí, aparece el pretty boy que es mil veces más
guapo y churro que tú.
Lo bueno es que él no la hizo reír tanto como lo hice yo.
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